Movilidad
La salud del conductor: cómo cuidar la salud de la espalda mientras conduces.
Como proveedor de movilidad, llevamos más de 20 años trabajando con empresas, gestores de flotas y conductores y sabemos que los coches que proporcionamos son más que un simple medio de transporte. Son una parte vital del trabajo de muchas personas y les acompañan en su vida diaria. Por eso, para que los conductores se sientan lo mejor posible en esta "segunda sala de estar", hemos preparado este post sobre la salud del conductor con consejos y trucos útiles para evitar uno de los mayores problemas de las personas que trabajan mucho tiempo sentadas: los dolores de espalda.
1: Encontrar la combinación adecuada
En primer lugar, no todos los coches son adecuados para todos los conductores. Para los conductores especialmente altos o pequeños, por ejemplo, un coche compacto o un SUV puede no ser la opción ideal. Elige uno que se pueda adaptar a tu cuerpo. El asiento del conductor es muy importante porque puede influir mucho en el bienestar durante un viaje largo y cada vez se investigan más los efectos de estar sentado mucho tiempo y la industria automovilística ya está creando asientos más allá de lo que la seguridad y la comodidad requieren.
Así, en este sentido ¿cómo puedes encontrar un asiento que sea bueno para ti? En primer lugar: pruébalo. La primera prueba al sentarte puede darte mucha información. ¿Te sientes cómodo? Vas por buen camino. Comprueba también los posibles ajustes, cuantas más opciones tenga, mejor se adaptará a tu cuerpo. Un buen asiento debe tener las siguientes características:
Una estructura firme. Los asientos demasiado blandos no dan suficiente apoyo. Una forma del respaldo que favorezca la columna vertebral para apoyar toda la espalda. Ajuste de altura e inclinación y profundidad de asiento variable. Idealmente, un soporte lumbar de cuatro vías para ajustar el asiento a la lordosis y la zona lumbar. Los apoyos laterales ajustables también son un buen detalle.
Si el asiento no cumple tus requisitos, pueden instalarse asientos ergonómicos específicos en muchos modelos de coche. O también existe una amplia gama de cojines o incluso fundas de masaje para favorecer la salud de la espalda. Aunque pueden ser un complemento barato y fácil para mejorar la postura, es importante buscar la alta calidad. Asegúrate de que están recomendados ergonómicamente y, sobre todo, de que pueden fijarse firmemente al asiento ya que los cojines que simplemente se apoyan en el asiento pueden resbalar en caso de frenada brusca y provocar lesiones.
2: Adaptar el coche desde el principio
Una vez elegidos el coche y el asiento adecuados, lo primero que hay que hacer es adaptarse. No, no te adaptes tú al nuevo coche, sino a la inversa. Aquí vale la pena ser muy preciso al principio y tomarse el tiempo necesario para ajustar todo correctamente. Una vez ajustado, muchos modelos de coches nuevos incluso memorizan tu posición preferida electrónicamente. Esto es especialmente útil si el coche es compartido, ya que no tendrás que volver a encontrar la posición perfecta cada vez que uses el coche.
A continuación te explicamos cómo encontrar la posición perfecta:
Ajusta del respaldo: Coloca el respaldo en posición vertical y siéntate completamente contra él. Lo mejor es que toda la espalda toque el asiento incluidos los hombros. Sentado de esa forma, debe quedar un poco de espacio entre la parte posterior de las rodillas y el borde del asiento. Si no es así, desplaza el respaldo hacia delante. Ajusta el asiento en horizontal: Pon los pies en los pedales y al apoyarte en el respaldo con toda la longitud de la espalda al mismo tiempo, las piernas deben estar ligeramente flexionadas incluso al pisar a fondo los pedales. Lo mismo ocurre con los codos, cuando ambas manos están en el volante: lo mejor es que estén ligeramente doblados. Si no es así, ajusta el asiento hacia delante o hacia atrás. Ajusta el asiento verticalmente: La altura correcta del asiento es algo que a menudo se descuida, pero no por ello es menos importante. Si te sientas demasiado bajo puedes perder la visión de la calle y es más probable que te tuerzas el cuello. Como referencia: En posición erguida, tus ojos deben estar a la misma altura que la mitad vertical del parabrisas. Ajusta el reposacabezas: Esto puede parecer algo contradictorio, pero el reposacabezas no está pensado principalmente para apoyar cómodamente la cabeza. Su función más importante es proteger la cabeza y la columna vertebral en caso de choque. Por lo tanto, asegúrate de que no está encajado en tu cuello como una toalla en el spa, sino que está colocado detrás de la nuca.
3: Desestresarse
Las pausas regulares son esenciales para recuperar la concentración y también para aliviar los músculos. La posición rígida al volante y el esfuerzo por mantener la concentración pasan factura al cuerpo, para ello, una breve parada cada dos horas para levantarse, estirarse y caminar te llevará lejos.
Aquí tienes algunos pequeños ejercicios que puedes probar. Pero, ten en cuenta que sólo deben hacerse cuando se está aparcado y si no se está lesionado. También, recuerda que deben hacerse con suavidad y si notas algún dolor hay que parar inmediatamente.
Hombros: Hazlos rodar durante un rato. Primero juntos, luego por separado en una y otra dirección. Encoge los hombros hacia las orejas, mantenlos durante un par de segundos y luego suéltelos. Cuello: Inclina la cabeza hacia un hombro. El brazo contrario apunta y tira hacia el suelo. Flexiona la mano para conseguir un estiramiento más profundo. Mantén unos segundos y cambia de lado. Parte baja de la espalda: Mientras estás sentado, coloca ambos pies en el suelo y presiona con firmeza. Siéntate con la espalda recta. Aprieta los músculos de los glúteos y del abdomen. Relájate durante un par de segundos y repite la operación. Parte superior de la espalda/pecho: Colócate contra el marco de una puerta o de tu coche, coloca un brazo contra la superficie y luego estírate girando suavemente el cuerpo en dirección contraria. Mantén la posición durante un par de segundos y luego cambia de lado. Muñecas: Extiende un brazo hacia delante, con la palma de la mano hacia fuera y los dedos apuntando hacia arriba. Empuja suavemente los dedos hacia ti con la otra mano hasta que sientas el estiramiento. Mantén la posición durante un par de segundos y luego cambia de lado. Piernas: Estimula la circulación de la sangre en las piernas desplazando el peso hacia las puntas de los pies subiendo y bajando los talones varias veces.
Con estos consejos, tú y tu espalda estaréis preparados para todos los trayectos. Que tengas buen viaje y recuerda siempre conducir con precaución.